miércoles, 21 de abril de 2010

CONSTELACIONES DE MIRÓ




Es en 1940, en el pueblecito normando de Varengeville, donde Miró se había instalado huyendo de la guerra, cuando su carrera dé un giro definitivo con veintitrés pequeñas pinturas sobre papel mojado y arrugado genéricamente tituladas Constelaciones. Estas pequeñas composiciones, inspiradas por la contemplación del cielo estrellado de la costa normanda, no son sino tramas de pequeños pictogramas que cubren por igual toda la superficie pintada, convertida así en un espacio topológico prolongado más allá del formato. Miró no sólo depura su peculiar simbología pictórica, sino que descubre y conquista un nuevo concepto del espacio que anticipa buena parte de la pintura no figurativa posterior a 1945.

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